
La piedra de Rosetta es parte de una antigua estela egipcia de granodiorita1 con texto grabado que proveyó la clave para el entendimiento moderno de los jeroglíficos egipcios. La inscripción registra un decreto que fue expedido en Menfis en el año 196 antes de Cristo, en favor del rey Ptolomeo V. En el decreto aparecen tres textos: el superior consta de 14 renglones escritos en antiguos jeroglíficos egipcios, el texto medio consta de 32 renglones en egipcio demótico y el texto inferior consta de 53 renglones en griego antiguo.1 Sus dimensiones son: 112,3 cm de alto (máximo), 75,7 cm de ancho, 28,4 cm de grosor.1
La estela, originalmente expuesta dentro de un templo, fue probablemente trasladada durante el periodo copto de cristianismo primitivo o el medieval, para ser usada después como material de construcción de una fortaleza en el pueblo de Rashid (Rosetta) en la delta del Nilo. Fue descubierta en 1799 por un soldado de la expedición francesa a Egipto. Como el primer texto bilingüe conocido, la piedra Rosetta despertó gran interés público por su potencial para descifrar el idioma egipcio antiguo que hasta entonces no se había podido traducir. Copias litográficas y moldes en yeso empezaron a circular entre los museos europeos y estudiosos. Mientras tanto, tropas británicas derrotaban a los franceses en Egipto en 1801 y la piedra original cayó en posesión británica bajo la Capitulación de Alejandría. Transportada a Londres, ha sido exhibida públicamente en el Museo Británico desde 1802. Es uno de los objetos más visitados del Museo Británico.
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